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domingo, 5 de abril de 2015

Mi propia creepypasta: Clear the murderer


Hola a todos, me llamo Carla, y soy nueva.

Siempre me ha fascinado esto de la literatura y la escritura, y ahora, que estoy leyendo bastantes creepypastas, me vino la inspiración, y decidí hacer una basada en mí misma.

Esta misma historia, la colgué en wattpad, la podréis encontrar en mi perfil:
@Clear_the_murderer.

Si tengo alguna falta de ortografía, por favor, avísenme para yo arreglarla.

Espero que les guste.

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Notas del señor Thomas:

Nota nº 1: yo era un electricista normal, pero cuando ella llegó a mi vida, lo cambió todo.

Nota nº 2: me visitó el 1 de enero, a las 3:00 AM, ella me dijo: SEE YOU IN HELL. Pero yo en vez de gritar, sentí la adrenalina por todo mi cuerpo, y no pude hacer más que quitarle su cuchillo lleno de aquel líquido rojo y abrazarla ¿la razón? Creía que me estaba enamorando de una asesina.

Nota nº 3: ella se quedó estática, no hizo nada, pero yo, lentamente, me aparté y le dije: no te tengo miedo.

Nota nº 4: ella permaneció callada, minutos después, se acercó a mi y me dijo al oído: no opinarás lo mismo cuando use esto. Me enseñó aquella arma filosa y ensangrentada que me causó un escalofrío que reprimí al mirar el rostro de la chica, amenazante pero hermoso. Estaba aterrado y maravillado y era la mejor mezcla de mi vida. Una mezcla fatal, seguramente, no me importó. Estaba enamorado.

Nota nº 5: yo, para contestar su acción, le dije: cómo cambiar de opinión, teniendo a una joven tan linda como tú. Ella, extrañada, quitó su cuchillo de mi cuello y preguntó con una voz psicópata: ¿enserio crees que soy linda?

Nota nº 6: claro que sí, y me agradaría mucho si me contaras cómo te hicistes...eso en tu bella cara. Le dije para ver si colaba y me contaba cómo acabó así. Ella se lo pensó y segundos después contestó: sí, te lo contaré, pero como se lo cuentes a alguien, te mataré. Yo asentí como respuesta y empezó a contarme su historia.

Nota nº 7: Clear the murderer: el origen.

Carla y su padre, Peter, se mudaron a Londres, ahora se preguntarán ¿y su madre? Ella falleció el verano pasado, y como los padres de su madre viven en Londres, se tuvieron que muda para darles el pésame y enterrar a su madre allí, a su ciudad natal.

-Ya llegamos, mocosa-dice Peter a Carla de mala manera.

Desde siempre, Carla y su madre, habían sido maltratadas por aquel hombre, sin embargo, no tuvieron el valor de ponerle cara, por si les dejaba en la ruina, ya que sus abuelos de parte de su padre, tenían grandes empresas y ganaban mucho dinero, y si ella le dejara, todo lo que tiene ahora, no lo volvería a ver nunca. "¿Por qué mamá, por qué me dejaste sola con este desgraciado mujeriego?" Pensaba ella.

Cogió sus maletas de mala gana y empezó a caminar hacia su nuevo "infierno" según ella, se refería a la casa de sus ricachones abuelos.

-Camina, las he visto más rápidas-dijo empujándola.

-Pero cobran más ¿no crees? Mujeriego-eso último lo dijo en un susurro, lamentablemente, él lo oyó. Rápidamente, le cogió de las muñecas enfadado.

-Repítelo si tienes agallas-dijo serio. Ella se cayó del susto y bajó la mirada.-Así me gusta, que respetes a tu padre, mocosa-dijo mientras le empujaba.-¿Caminas o te hago caminar?-Dijo mirándola a los ojos.

Ella rápidamente recogió sus maletas una segunda vez y entró a su nuevo hogar, donde sus abuelos, los recibieron. Su abuelo, José, era igual que su padre, de tal palo, tal astilla. El único hombro que tenía para apoyarse y llorar en estos momentos, era el de su abuela, María.

-Hola cariño.-dijo su abuela mientras la recibía llorando.

-Lo siento abuela-decía Carla mientras la abrazaba.-Siento que no haya podido evitar que mi madre se...suicidara.-Dijo llorando sin control.

-Cariño, no fue tu culpa.-Dice de igual manera.

-Sí que fue su culpa.-Soltó de pronto José.-Ella no estuvo presente cuando su madre se suicidó, no cuidó de ella, de la persona que le dio la vida, eres tan malagradecida como tu madre.-Decía mientras la señalaba y miraba con malicia en sus ojos.

-Bueno cariño, ve a instalarte en tu nuevo cuarto, es al subir las escaleras, el primer cuarto a la derecha.-Dijo gentilmente su abuela.

-Gracias abuela, no me esperen para cenar, no tengo hambre, buenas noches.-Dicho eso, cogió sus maletas y se dispuso a irse a su cuarto.

* * *

Después de instalarse, se tumbó en la cama, mirando hacia la ventana, ella se detuvo a observar la resplandeciente luna llena que estaba en el oscuro y estrellado cielo. Dejó caer lágrimas de una en una, sin previo aviso, aquella imagen se repetía constantemente en su perdida mente:

Su madre, con un cuchillo en la mano y sangre recorriendo por sus pálidas muñecas, debido al corte de sus venas.

Luego de recordar aquella perturbadora imagen, dio una vuelta y dirigió su mirada entristecida hacia el escritorio que había al lado de la cama, lentamente, se levantó y divisó a lo lejos, una hoja de papel doblada por la mitad, ella la abrió y con culpabilidad, leyó el mensaje que había en ella:

SEE YOU IN HELL.

Carla, cada vez que leía esas palabras escritas en rojo carmesí, se preguntaba "¿qué quería decir con que "te veré en el infierno"?" Ella, nunca lo supo.

*Al día siguiente*

Después de una noche llena de constantes pesadillas y regaños de su abuelo y su padre, Carla se despertó y se arregló para el entierro de su madre, que era hoy a las 12:00 de la mañana. Se puso un vestido negro para la ocasión, no se maquilló demasiado, no tenía ganas. Dejó su larga cabellera negra suelta, y bajó a desayunar.

-Buenos días cielo.-Dijo su abuela-¿Tienes hambre?-Le decía mientras dejaba unos hot-cakes con chocolate por encima, típico de Inglaterra.

-No gracias, no tengo ganas de nada por...-Paró de decir, ya que sus lágrimas amenazaban por salir, y ella no quería llorar, no se nuevo.

-Pero tienes que comer algo, desde anoche no comiste nada, haz un esfuerzo, si no enfermarás-Dice mientras insistía a Carla para que comiera.

-Está bien, pero lo hago por ti-Al final, accedió y empezó a comer.

-Niña, date prisa, que nos tenemos que ir al cementerio, no soporto más esta maldita situación-Dijo su padre angustiado y de mal humor.

-Mujer, dame mi ropa, no sé dónde la metiste, maldita inútil-Dijo su abuelo, buscando su chaqueta negra.

-Aquí la tienes- Ella se la entregó-Bueno, ya que estamos todos listos, es hora de partir hacia el cementerio, y poder darle el último adiós a mi hija y a tu madre-Decía con dolor.

-Vamos abuela, mi padre y mi abuelo nos esperan fuera, no les hagamos esperar-Dijo cabizbaja saliendo de la puerta del hogar de sus abuelos.

En el camino, nadie dijo nada, Carla estaba demasiado metida en sus pensamientos, como para decir algo, sólo se limitaba a mirar por la ventana, pensativa ¿qué sería ahora de ella? ¿Podrá soportar mucho más esta situación? Siempre se preguntaba lo mismo, pero, como siempre

No obtenía respuestas.

-Mocosa, hemos llegado, mueve tu trasero y camina.-Dijo su padre, aparcando en frente de la gran reja que estaba entre la ciudad y el cementerio.

Entre la vida y la muerte.

-¿Que no oyes a tu padre, niña mal criada?-Dijo esta vez su abuelo-CAMINA-Dice sacándola a la fuerza del coche, su padre se acerca y la coge violentamente del brazo derecho.

-Hablaremos cuando lleguemos a la casa, de esta, no te libras, mocosa.-La suelta, dejándole una marca de su mano en el brazo de la chica.

-Vamos cariño, es hora.-La calma su abuela.

-Abuela, ¿cómo soportas esta situación? Yo si fuera tú ya me hubiera escapado...-Al decir aquello, a Carla se le iluminaron los ojos, como si hubiera tenido la mejor idea de toda su vida.

Y no estaba equivocada.

-No pienses en eso mi vida, yo amo a tu abuelo, pero ya vámonos dentro, no quiero hacer esperar a tu padre y a tu abuelo.-Dice arrastrándome cariñosamente dentro del cementerio.

Llegaron a la lápida de su madre, allí estaban los amigos y amigas de ella, a parte de ellos, también estaba el cura, encargado de enterrar el cuerpo difunto, cada vez que Carla veía a su madre metida allí, le ponía los pelos de punta.

* * *

-Ahora se pueden acercar a darle el último adiós, a Marypaz Solís García, que en paz descanse.-finalizó el cura.

Carla, se acercó a la tumba de su madre, ahora sin vida, sin aviso alguno, las lágrimas empezaron a correr de sus marrones ojos, rápidamente secó sus lágrimas bruscamente, pasando su mano derecha por sus mejillas, con un nudo en la garganta, comenzó a hablar.

-Mamá, ¿por qué lo hiciste? Nunca te ví capaz.-decía mientras lloraba más y más-Al menos dame una señal de por qué lo hiciste.-Dijo ya apoyando su cabeza en la caja.

-Ya vámonos, no quiero estar aquí.-Dice su abuelo gruñón.

-Adiós, mamá, te echaré de menos y...te visitaré cuando pueda...te quiero-se despidió, mientras caminaba, giraba la cabeza, y lo último que veía, era cómo enterraban a su madre.

Casi ya llegando al coche, a su padre se le cayó una cinta de vídeo y un sobre, ella, las cogió extrañada, en el sobre ponía:

Para Carla de mamá.

Ella se las guardó en el bolso, se quedó callada y a la vez, intrigada ¿por qué tendría esto en su bolsillo? ¿Es tan importante como para que no me deje ver el contenido del vídeo y de la carta? Mientras se formulaba esas preguntas en su mente, se metió al coche.

-Hijo, he pensado que podríais quedaros a vivir un tiempo con nosotros, ya sabes, para que no estemos solos, y menos ahora en estos momentos tan difíciles para todos.-Dijo con su voz angelical, Carla la miró sorprendida, y empezó a hacer gestos, intentando decir: "no por favor, no me hagas esto".

-Acepto tu propuesta, mañana inscribiré a la...mocosa, a un colegio, por eso no te preocupes.-dijo su padre mientras conducía y posicionaba su mirada a la carretera.

Al decir aquello, invadió el silencio. Ahora, en la mente perdida de Carla, pensaba en la forma de escapar de aquel infierno, y si llegara a hacer su cometido, qué sería de ella viviendo en las calles, le dio un escalofrío solo al pensar aquello, algo rápido se le ocurriría, pero el objetivo principal era:

No vivir con su padre.

Llegaron a la casa, y ella, sin decir palabra alguna, subió a su habitación para poder leer la carta y poder ver el vídeo que tanto le ha mantenido en secreto su padre, ella sabe que algo malo le está ocultando, lo que no sabe ella es lo que tanto le guarda.

Llegó a su habitación, se cambió a una ropa más cómoda y se sentó en su cama, dispuesta a empezar a leer la dichosa carta que tenía entre sus manos, estaba nerviosa y confundida, se tranquilizó al pensar que con estos datos obtendría las respuestas a sus preguntas.

Abrió el sobre y seguido de esto, desdobló la carta y comenzó a leer.

Esta decía:

Hola, mi niña.

Estas palabras que te escribo, son para tí.

Sé que cuando estés leyendo esto, yo ya estaré en un lugar mejor, así que aquí te contaré todo lo que no te pude decir en vida.

Quiero decirte, que te AMO, también que nunca te des por vencida, que si tienes un sueño, que lo alcances cueste lo que te cueste, pero ten presente, que yo siempre te llevaré en mi mente, este donde esté y que yo siempre repararé esa parte de corazón que esta triste, rota y desolada.

Antes de morir, los últimos días que nos vimos, estabas triste, llorando por aquel chico que te dejó, y no pude acercarme para apoyarte en esos momentos tan difíciles para tí, pero, ahora que tengo la ocasión, te tengo que decir, que no llores por él, no te merece, y tampoco merece tus lágrimas.

Bueno, es hora de marcharme, seguro y la carta te vino con un vídeo, bueno, si es así, reprodúcelo, es algo especial para tí.

Nos vemos.

Te quiere y te adora:

Mamá.

Carla hizo caso, y puso el vídeo en el televisor que tenía en su habitación, y empezó a ver el contenido, era su madre, llena de heridas y escayolas en los brazos, piernas y cuello, sentada en el sofá de la casa en la que vivían de España, de fondo, se escuchaba la melodía de "river flows in you" una melodía que le trajo muy malos recuerdos, ya que fue justo esa melodía que escuchó cuando su madre, se suicidó.

-Bueno cielo, si estás viendo ahora esto, es porque ya leíste la carta.-dijo haciendo muecas de dolor-bueno, aquí te tengo que decir, que cuando lo estés viendo, en este momento, yo estoy en mis últimas horas de vida ¿qué por qué lo sé? Tu padre es tan descuidado que dejó las pastillas del sueño enfrente mía, y sin darme cuenta, me bebí el vaso de agua antes de ver el bote, intenté llamar a la ambulancia, pero la línea estaba cortada, y como sabes, estamos apartadas de la civilización y no hay nadie que me pueda ayudar. Sólo te quiero reiterar, que te quiero un montón y que no llores, me despido con esta canción, espero que te guste y, nos vemos-finalizó de hablar, y empezó a sonar la canción, empezaba con un solo de un piano, hasta que empezó a cantar, mientras, pasaban fotos de ellas de cuando eran jóvenes, y felices.

Ahora que está todo en silencio
Y que la calma me besa el corazón
Os quiero decir adiós
Porque ha llegado la hora
De que andéis el camino ya sin mí
Hay tanto por lo que vivir
No llores cielo y vuélvete a enamorar
Me gustaría volver a verte sonreír

Pero mi vida
Yo nunca podré olvidarte
Y sólo el viento sabe
Lo que has sufrido por amarme
Hay tantas cosas
Que nunca te dije en vida
Que eres todo cuanto amo
Y ahora que ya no estoy junto a tí
Te cuidaré desde aquí

Sé que la culpa os acosa
Y os susurra al oído: "pude hacer más"
No hay nada que reprochar
Ya no hay demonios
En el fondo del cristal
Y sólo bebo
Todos los besos que no te di

Pero mi vida
Yo nunca podré olvidarte
Y sólo el viento sabe
Lo que has sufrido por amarme
Hay tantas cosas
Que nunca te dije en vida
Que eres todo cuanto amo
Y ahora que ya no estoy junto a ti
Vivo cada vez que habláis de mí
Y muero otra vez si lloráis
He aprendido al fin a disfrutar
Y soy feliz

No llores cielo
Y vuélvete a enamorar
Nunca me olvides
Me tengo que marchar

Pero mi vida
Yo nunca podré olvidarte
Y sólo el viento sabe
Lo que has sufrido por amarme
Hay tantas cosas
Que nunca te dije en vida
Que eres todo cuanto amo
Y ahora que ya no estoy junto a ti

Desde mi cielo
Os arroparé en la noche
Y os acunaré en los sueños
Y espantaré todos los miedos
Desde mi cielo
Os esperaré escribiendo
No estoy solo pues
Me cuidan la libertad y la esperanza
Yo nunca os olvidaré...

Finalizó el vídeo, en este momento, Carla no se podía sentir peor en estos momentos, lo único que quería es salir de aquella casa y no ver a su padre nunca jamás, algo en ella, le aclaró la mente, era sed, pero sed de...

Venganza.

Cogió rápidamente sus maletas y empezó a meter todas sus pertenencias, despejó rápidamente toda su habitación y bajó como un rayo hacia la planta baja, encontrándose a Peter viendo televisión, él frenéticamente se levantó y fue hacia ella y le cogió de las manos, parándola.

-¿Se puede saber a dónde vas, mocosa?-Dice mirándola a los ojos.

-Sé lo que hiciste, desgraciado ¿te crees más macho al matar a mi madre? ¿Te hace más hombre por hacerlo? ¡ME AMARGASTES LA PUTA VIDA ENFERMO!-Empezó a gritar, pero él le abofeteó callándola de inmediato.

-Vuelve a decirme eso, y acabarás como ella-Le amenazó-Y te advierto de que si te vas, no vuelves nunca ¿OÃ?STES?-Dijo con tono autoritario.

-Que te quede claro, que tarde o temprano, cobraré venganza por la muerte de mi madre, cobarde-dicho eso, se fue de aquel infierno.

Lo consiguió.

Ahora el problema principal, era que no sabía dónde quedarse, optó por irse al parque que había a unas cuadras más adelante de donde estaba, así que se fue allí a descansar de tanta emoción en unos solos momentos.

* * *

Tres horas, tres horas han pasado desde que Carla huyó de la casa de sus abuelos, estaba paseando por el centro de la ciudad, para encontrar algún sitio para quedarse a dormir por una noche, pero, por su maldita mala suerte.

Seguía sin encontrar un sitio concreto.

A lo lejos, divisó a un hombre, bien vestido, de unos 35 años, tenía el pelo casposo, aunque lo llevaba un poco desaliñado a causa del viento, sus rasgos faciales eran de una persona digna de su edad.

-Perdone señorita, pero no me puedo quedar callado cuando veo a un ángel tan maravilloso pasar por estas abandonadas calles-dijo sutilmente.

-Lo siento, no hablo con desconocidos, me tengo que marchar, un gusto en haberle visto-se iba a marchar, cuando el hombre se interpone en su camino, otra vez.

-Tranquila chica, me llamo James, soy el director de la agencia de modelos internacional más famosa de todos los tiempos ¿usted ha oído el nombre de Victoria's Secret por casualidad?-A la muchacha, le dejó en duda esa afirmación, pero ella, contestó.

-Sí, he oído hablar de ella, es muy buena agencia, todas las chicas de allí son muy guapas, se notan que son ángeles de verdad-Dice alegre.

-Por ahí van los tiros, mira, desde que te ví, he tenido la sensación de que tú también habrías de ser un buen ángel, yo te puedo dar alojamiento y todo-Dijo mirando las maletas de la chica -Imagínatelo, tu cara puesta en millones de revistas y tu imagen vista a nivel mundial, es una maravilla, lo sé, entonces ¿aceptas mi propuesta?-Dijo esperando una respuesta a favor de ella.

-Bueno mire, primero, sólo le conozco de unos minutos, además, ¿cómo sé que no me está mintiendo?-Dijo insegura, él sacó una foto con la mismísima Cara Delevingne, vestida de un glamuroso sujetador con una minifalda.-Bueno, en este caso, como no tengo en dónde quedarme, ni tampoco tengo dinero, acepto, conviértame en un ángel-Dijo felíz por el chollo que acababa de conseguir.

-Perfecto, pues hoy mismo empezamos tu entrenamiento señorita...-dijo acordándose de que no sabía su nombre.

-García, Carla García, aunque para mis amigos soy Clear-Dijo sonriente.

-Bueno, García, vámonos al edificio para empezar con tu nueva imagen-Dijo cogiéndole las maletas y dejándola entrar a su gigantesca limusina.

Carla subió en ella, y en todo el trayecto, no dejó de sacar esa sonrisa tan iluminosa que tenía, sabiendo que iba a estar en un sitio en donde la respetan y en donde podrá ser ella misma, sin sufrimientos, ni falsedades, simplemente, ser felíz.

Lo que no sabía, es que su felicidad duraría por mucho tiempo.

Llegaron al edificio, y subieron a la última planta, en donde ponía en letras grandes "imagen", entró a una sala, en donde estaban todas las chicas de VS maquillándose y arreglándose para una sesión de fotos.

-Chicas atención-pidió James-esta hermosa chica, se llama Carla, y a partir de hoy, va a ser nuestra nueva ángel, trátenla con respeto y enseñarle la habitación en donde va a dormir, es todo-Se despidió y se fue a su oficina.

-Hola Carla, ven, te voy a mostrar tu habitación y ahora te ayudamos con el maquillaje-dijo Cara, ella se la llevó a su habitación, se veía cómoda y espaciosa, de colores vivos-esta es, si quieres, te dejo unos minutos y después de que te instales, vienes y te ayudamos las chicas y yo-dijo sin mostrar ninguna sonrisa en su rostro, que borde, pensó Carla.

Minutos después de instalarse, se fue a la sala de maquillaje y se encontró a Blanca Padilla, y se supuso Carla, que ella la iba a ayudar con la imagen.

-Hola Carla, ven, siéntate, yo soy la encargada de maquillarte-dijo amistosamente.

-Hola Blanca, gracias-Dijo sentándose en la silla delante del tocador.

-Y cuéntame, ¿cómo fue que acabaste aquí?-Le preguntó Blanca a Carla.

Carla le contó todo, de pe a pa, Blanca, sólo se limitaba a escuchar las palabras que salían de la boca de ella, puso una cara de pena, mientras miraba los ojos de Carla, con lástima, y sintiendo un pésame y sintiendo que ella fue afortunada de no haber sufrido nada como aquello.

-Lo siento, no debí preguntar-dijo apenada-Bueno, ya estás lista, sólo falta hacerte la operación de ojos-dijo felíz.

-¿Operación de ojos?-Dijo Carla extrañada.

-Sí, es algo común aquí, puedes ponerte el color que quieras, una de las locuras de James, qué le vamos a hacer, pero si no quieres no pasa na-

-Sí, si quiero ¿dónde me puedo hacer esa operación?-dijo intrigada.

-En la sala del fondo, es la puerta de la izquierda-dijo mirándola extraña.

-Gracias-dijo agradecida.

*15 minutos después*

Después de la durísima operación, se miró al espejo, a su nueva imagen.

Era muy diferente a como era antes.

Ahora, el pelo se lo cortó por lo menos hasta la mitad de la espalda, y las puntas, se las hizo de color rojo carmesí, como el de la sangre. Sus ojos color café, ahora eran violetas.

El color favorito de su madre.

Dejó de pensar en cosas tristes, y empezó a aplicar los consejos de su madre, cabeza alta, sonrisa intacta.

* Un mes después *

-Sonríe niñata-Le repetía una y otra vez James.

¿Qué ha pasado? Os preguntaréis, bueno, a lo largo de este mes, Carla, se dio cuenta de por qué todas las chicas no sonreían casi nunca, era por el tortuoso entrenamiento de la sonrisa, ella, nunca supo la razón.

Hasta ahora.

-Bien, ahora que la tienes no te muevas-dijo apretándole las cuerdas de las muñecas, mientras le daba latigados por todo su cuerpo y le obligó a caminar recto.-Vale, es todo por hoy, pero no creas que lo has hecho de lujo, niñata-Sí, era su nuevo mote, al menos era mejor que el de mocosa.

Se fue con las chicas a conversar un poco y alejar los insultos de James que cada vez se clavaban más dentro de su cabeza.

-Ahora entiendo por qué no sonreís ningún día-Dijo tocándose las mejillas del dolor.-¿Y las demás?-dijo mirando a todos lados.

-Aprendes rápido y sobre eso...han sido más listas que nosotras y...se han ido-dijo Blanca con la cabeza gacha.

-Han hecho bien, yo no soporto más esta situación, prefiero vivir en la calle antes que seguir soportando esto, yo me voy, adiós- Dijo Cara cogiendo su equipaje

-Parece que nos quedamos solas ¿no es así, Blanca?-Dijo Carla preocupada.

-No, Carla, te quedas sola, yo tampoco soporto, adiós y lo siento-Dijo de misma manera que Cara, dejándola de nuevo, sola.

Carla se fue al baño a llorar, llorar como nunca, ahora sí que estaba sola, sola para siempre, pero, ella no quería seguir llorando, no quería sentir ese dolor de su profundo ser, es entonces, cuando a ella, se le cruza el cable, y se rompe algo, que ella siempre le trajo sin cuidado.

Su cordura.

-Si quieren que sonría, sonreiré, pero esta vez, mi sonrisa no será falsa, y durará para siempre-dijo cogiendo una cuchilla y un cuchillo, y haciéndose una sonrisa súper ancha, junto a múltiples x en sus recientes heridas hechas con el látigo.

Salió del aseo, en camino a ver a James, con los ojos llenos de locura.

-James-le llamó desde la distancia, éste se volteó y la miró asustado.

-García, ¿QUÃ? TE HICISTES?-Dijo asustado.

-¿No es evidente? Me hice una sonrisa, así, sonreiré, pero no será una sonrisa falsa, sino, una verdadera que durará para toda la vida, ¿no le parece maravilloso?-Dijo mientras sonreía psicópatamente.

-Da por hecho de que te vas fuera de mi negocio, ¡VETE!-Dijo tan fuerte que casi se rompen los cristales.

-Esa no era la respuesta que quería, James-se acercó a él y lo último que vio, fue cómo la chica le clavaba su cuchillo en su corazón.

Al terminar de matarlo, la chica se fue una vez más a su dormitorio, a verse al espejo, cuando le volvió la cordura, empezó a llorar y a preguntarse "¿qué hice?". Arrepentida, cogió un hilo y una aguja y empezó a coserse las cortadas que se hizo.

Se vistió con un sujetador negro, unos jeans negros con una falda roja con manchas negras que estaba descubierta por delante y por detrás era larguísima, tanto que le arrastraba, unos tacones de unos siete dedos, y con cuchillo en mano, volvió a casa de sus abuelos.

Al volver, mató a todos, pero, lo único que recuerda ella, son unas palabras, que marcaron su vida, una simple frase, que es la que le mantiene con la sed de asesinar a todos y vengar la muerte de su madre.

SEE YOU IN HELL.

Nota nº 8: Acabó de contarme su historia, y antes de irse dijo: Te lo advierto, se lo cuentas a alguien y lo último que verás serán tus intestinos esparcidos por todas partes, ¿entendido? Yo asentí mientras ella me dejaba en la soledad.

-Y estas fueron las notas que se encontraron en la casa de Thomas, víctima de Clear the murderer, lo único que hemos encontrado en la casa del sujeto es también su cuerpo acuchillado y sangre por doquier, además de sus intestinos esparcidos, tal como dice la nota nº 8, junto con la frase famosa de esta asesina SEE YOU IN HELL. Ahora que se sabe la verdad de cómo acabó así, será más fácil de encontrar, si alguno de ustedes ha sufrido un ataque de esta chica, porfavor, llámenos-dijo la reportera, poco antes de ser asesinada repentinamente por la mismísima Clear the murderer, ella se acercó a la cámara y dijo:

SEE YOU IN HELL-en un tono psicópata para después que aparezca en la pantalla del televisor "sin señal".

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