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domingo, 22 de marzo de 2015

La sexualidad en el hombre violento. No es crap.


Fuera de joda no es crap. NO ES CRAP.

Hace un tiempo tuve que hacer tarea para la facultad. Yo no elegí el tema, me toco.
El tema era violencia de género y sexualidad. Este es el trabajo más desarrollado que encontré para usar.
http://psicologiajuridica.org/psj152.html


Ed.Sex. MARIALIS ESQUIVEL
Pr.Med.Ed.Sex. HUMBERTO VALIENTE

QUE ES LA VIOLENCIA

Hay quienes la definen como una desigualdad de poder; evidentemente lo es desde el momento que está dirigida en forma vertical por quien detenta el poder en el seno de la familia que en ésta sociedad es el hombre y éste será quien establezca las reglas del juego. Este hombre lleno de mitos sociales y familiares será quien en definitiva haga valer sus "derechos" a costa del sacrificio de su mujer y de sus hijos.

Se la puede definir también como una conducta aprendida a punto de modelos sociales y familiares y que es utilizada como un recurso válido para la resolución de conflictos. Según esta definición que introduce la palabra conflicto debería incluirse el término agresión para ser más precisos, puesto que en algunas publicaciones y por razones de traducción, estos términos se entremezclan y crean confusión.

La violencia se produce en relación directa a las condiciones culturales, sociales, históricas e individuales. Es de destacar el interjuego constante de cada una de éstas condicionantes, ya que el individuo no está solo sino inmerso en un microsistema donde están en juego su historia personal y la historia personal de cada uno de los integrantes del núcleo familiar. "La familia es el lugar donde se entretejen las dichas y las desdichas de cada uno" (Perrone-Nanini). Allí es donde se aprende de que manera se resolverán los conflictos. Este microsistema interactúa con el exosistema en el cual están dadas las condiciones para la legitimación de la violencia. Todas éstas pautas culturales están reforzadas por los medios de comunicación. En éste ámbito donde se aprenden los modelos violentos, reina la escasez de apoyo tanto para víctimas como para victimarios sin olvidar la altísima victimización secundaria (escuelas, hospitales, comisarías, etc.)
Como si todo esto fuera poco un macrosistema envolvente donde están pujando los valores, las creencias y los mitos acerca de lo que es ser hombre, mujer, niño, niña, etc.

Todo esto descrito de esta forma parece muy fácil y muy esquemático más es dable decir que estos sistemas actúan en constante dinámica. Podemos hablar de una intervención recíproca individuo-sociedad; así, las tensiones generadas dentro de cada individuo harán su efecto en la familia, ésta con los otros grupos familiares, con la sociedad y el estado en su conjunto, el que a su vez provocará interacciones con otros estados que a través de los grupos sociales actuarán sobre la familia y esta pondrá toda su tensión sobre el individuo. Todo esto conlleva a que en un sistema patriarcal y tradicional, el hombre (genéricamente hablando) pueda sentirse libre en la transgresión a la norma impuesta. Puede decirse que la violencia es una interacción de factores propios de cada ser humano junto a los de la sociedad y a los de la cultura imperante. Los valores de esta cultura son los que van a establecer el marco dentro del cual cada individuo nacerá, crecerá, se desarrollará y al final morirá.

Otra definición de violencia es cualquier relación, proceso o condición, mediante la cual un individuo o grupo social viola la integridad física, social o psicológica de otra persona o grupo, generando una interacción reproductiva per se; debiendo tener muy en cuenta que la violencia inhibe y limita las potencialidades y el desarrollo de las personas. De otra manera, la imposición evitable del dolor y el sufrimiento que provocan unos seres humanos sobre otros.

La violencia no es una patología y se expresa de diferentes maneras siendo intrínseca de la cultura misma, así se manifiesta de diferentes formas en sujetos aislados, en grupos, y aún en instituciones.

El fenómeno de la violencia es histórico, complejo, multicausal y multifacético. Se encuentra presente en todas las clases sociales pero se hace más visible en los grupos más desprotegidos porque son más vulnerables a ser detectados.

La violencia es un fenómeno vincular y aclarar que quienes participan en una interacción violenta están por demás implicados en la misma. Sin embargo no es solo un proceso circular donde hay victimas y victimarios, donde cada uno sufre las consecuencias de sus conductas aprendidas.

La sexualidad y la violencia se intrincan en un constructo social básico.. La sociedad estimula el control, el poder y la competición. Desde lo familiar la afectividad es casi intangible en este vínculo familiar violento. La familia, por la cualidad y función vincular establecida, constituye el espacio de privilegio para la expresión del dominio que pretende moldear al otro a imagen y semejanza del propio yo.

Estas conductas aprendidas son sostenidas desde el imaginario social, donde los mitos y estereotipos sobre los lugares diferenciales de hombres, mujeres y niños, legitiman formas de relacionamiento. Con un enraizamiento importante en los vínculos jerárquicos y autoritarios donde hay una representación de la masculinidad (dominio y fuerza) sobre la femineidad (inferioridad, dependencia, sexo débil, etc.). Un vínculo que se caracteriza por el ejercicio de la violencia de una persona a otra, no sólo lo consideramos una relación de abuso sino que es un crimen ya que la figura delictiva está descrita en el Código Penal. Puesto que nadie tiene el derecho de golpear, insultar, o gritarle a otra persona con la sistematización suficiente como para provocarle una desvalorización y una disminución de su autoestima.

Los estudios de Gelles & Straus (1998), indica que el 75% de mujeres son víctimas de violencia domestica, el 2% de las víctimas son hombres, y el 23% es lo que se conoce como violencia cruzada, según "Intimate Violence". New York, Shimon & Shuster, 1998.-

Según datos de la OMS/OPS-1997 indican que entre el 16% y 52% de las mujeres experimentan violencia física por parte de sus compañeros y por lo menos una de cinco mujeres son objeto de violación o intento de violación en el transcurso de su vida.

Teorías sobre la violencia en los varones

Teoría psicopatológica- La violencia en varones sería explicada como consecuencia de trastornos psicopatológicos individuales. Los hombres violentos tienen algún tipo de trastorno de personalidad, ej.: personalidades adictivas, alcohólicos, drogadictos, etc.

Teoría biológica- Donde la biología o la herencia genética juegan un papel importante, así la acción de la testosterona hace a los varones más agresivos.

Teoría del aprendizaje dentro del marco social-. Se afirma que la conducta violenta del hombre dentro del hogar es aprendida, y que juegan un rol preponderante las experiencias vividas en la infancia ya sea que lo hayan experimentado como víctimas o como espectadores.

Teoría de género- La violencia intrafamiliar es una forma de dominación del hombre hacia la mujer en el marco de una sociedad patriarcal. En el proceso de socialización de género el varón ha ido incorporando un conjunto de creencias, actitudes y valores que lo llevan al uso de la violencia como instrumento válido, no sólo para la resolución de conflictos, sino como forma de imponer su voluntad.

Teoría ecológica- Según Vonfrenbrener hay muchos elementos en juego: macrosistema, exosistema y microsistema, la acción de la testosterona a nivel hipotalámico, la educación diferente entre varones y mujeres, la construcción de la subjetividad masculina, la forma de valorizar los modelos masculinos, la existencia de una sociedad patriarcal.

¿Cómo es un hombre violento?

El hombre violento se maneja en forma general a través de actitudes de manipulación y control. Bajo de toda esa fuerza hay un ser frágil, que se vive asimismo como desvalido y fracasado y así experimenta cualquier desafío que viene de su pareja como un aniquilamiento personal. Su aspiración es llegar a controlarla totalmente, incluso lo que ella siente y piensa. Es cosificada, sin posibilidad de autonomía y se paraliza con solo pensar que es lo que puede llegar a provocar la ira del violento.

Toda diferencia en la vida de la pareja es vivenciada por el hombre violento como una amenaza real y usa la violencia para establecer el equilibrio, que según sus creencias y mitos, le hacen perder el poder.

Se puede ver al hombre violento en una relación muy dependiente y simbiótica desde el punto de vista emocional. Necesita a su pareja al lado para sentirse valorizado y más aún, su supervivencia depende del mantenimiento de esta relación.

Es tanto el sentido posesivo que llega a aislarla de las otras personas del entorno ya sea familiares o amistades.

De a poco la violencia se va volviendo un hecho natural y cotidiano (naturalización de la violencia doméstica). El otro pierde legitimidad, se transforma en una cosa y cualquier intento de salir de la situación es vivido como una provocación (ella me provocó, ella es la culpable).

El hombre violento está aislado emocionalmente y todo producto de una represión en su formación (los hombres no lloran, los hombres tienen que ser fuertes). Fuera de la casa "usará" el modelo machista cargado de ideas sexistas.

El tratamiento dentro del abordaje del hombre violento se dificulta por su falta de empatía, donde a su vez trata de externalizar la culpa como forma de justificar su conducta. Es de destacar como eluden el pedido de ayuda, y tampoco se hacen responsables.

El "problema" lo vivencian como originado fuera de ellos, y así lo atribuyen a infinidad de circunstancias (falta de trabajo, los hijos, la pareja, etc.)

Se ha descrito un perfil del hombre violento:

-ejerce maltrato físico, emocional, sexual, etc.
-fue abusado física o psicológicamente en su infancia.
-presenta una doble fachada, seductor en público, violento en privado.
-antecedentes de violencia con otras parejas.
-se resiste al cambio.
-celoso, con actitudes posesivas.
-machista.
-deposita la culpa en la mujer.
-tiene baja autoestima.

¿Qué es lo que le pasa al hombre cuando entra en una relación de pareja con una mujer?

Muchos de ellos tienen miedo a ser dominados ya que han aprendido que quienes dominan son ellos, quienes mandan son ellos, quienes deciden son ellos a la vez que experimentan un gran miedo a que su pareja se vuelva independiente, tomaría sus propias decisiones y como si fuera poco compartiría el poder.
La sexualidad

Desde el ejercicio de su sexualidad (Entendiendo por Sexualidad: sistema de conductas o comportamientos, de fuente instintiva e intelectiva, con una finalidad reproductiva (función reproductiva) y placentera ( función erótica) , al servicio de la comunicación y la trascendencia, que se descarga en un objeto sexual a través del coito o sus sustitutos y condicionado en su expresión por las pautas culturales y morales de cada época y lugar" . Dr. A. Flores Colombino- 1983) en el hombre violento podemos ver diversas formas de maltrato.

Se puede apreciar como estos hombres cosifican a la pareja como un instrumento dirigido hacia la satisfacción de un deseo sexual propio, es decir, ellos son las personas capaces de mantener innumerables coitos para hacer "gozar" a un gran número de mujeres, sintiéndolas como verdaderos objetos sexuales.

Es interesante en un grupo de hombres violentos escuchar los comentarios sobre "culos" ó "tetas" e incluso como ellos gozan de su privilegio de ser "hombres" asociado al permiso y poder de que detentan al punto que se transforman en irresistibles al momento de enfrentarse con una mujer.

Estos hombres tienen una confusión muy grande entre lo que es el amor, el deseo sexual y el poder, así y dejando el amor de lado (en general lo dejan) el sexo es utilizado como poder. En realidad, cada conquista es vivida como el triunfo ganado en la batalla. El poderoso triunfa, el débil se somete. Y lo de siempre: " el hombre arriba, la mujer abajo".

Es común que hablen de ganar a una "mina" (palabra del lunfardo que significa mujer, utilizada en forma despectiva por ellos y que refleja el "trofeo" ganado que premia su virilidad que cuanto más obtenga será más hombre y será mejor visto por la sociedad. Sociedad de doble discurso, que no dirá lo mismo de las mujeres).

Puesto que los deseos no siempre se cumplen a veces es "necesario" aplicar algún tipo de coacción o cohersión así la víctima termina accediendo.

En otra parte se dijo de la baja autoestima de estos hombres. Quizá éste ganar implique una gratificación hacia sí, y que una vez obtenida hay que buscar otra nueva gratificación.

La sexualidad heterosexual

No es una decisión escogida libremente por los individuos, está pautada por la identidad de género arraigada en el marco social como una institucionalización del poder.

Todos los problemas sociales a que el hombre está expuesto provocan presiones sobre él. A su vez las enfermedades de transmisión sexual, la homofobia, las relaciones sexuales deficitarias, los embarazos no planificados, etc., agregan una buena cuota de tensión.

La sexualidad de los hombres ha sido objeto de estudio en las últimas tres décadas como consecuencia de cambios que ocurrían en el seno de la sociedad y que fueron muy importantes. El cambio más significativo es el feminismo con una gran crítica de las injustas relaciones de género y del papel de la sexualidad masculina en éstas.

Surge la liberación homosexual (en algunas sociedades más que en otras), la revolución sexual y la aparición de movimientos de autoayuda y crecimiento personal, todos estos cambios han hecho que la sexualidad masculina esté hoy por hoy como objeto de crítica tanto a nivel político como social.

La sociedad está estructurada en una variedad de formas que favorecen a los hombres y no así a las mujeres, y las relaciones heterosexuales están estructuradas y restringidas por relaciones sociales más amplias entre hombres y mujeres. El mandato social indica que hay que ser "heterosexual".

Por otra parte las relaciones sexuales están estructuradas por la dominación heterosexual que es percibida como normal y natural, mientras que las otras formas de sexualidad son vigiladas y consideradas como perversas y no naturales.

Para entender la sexualidad de los hombres tenemos que entender la construcción de su masculinidad; en otras palabras la producción social de lo que significa ser hombre.

El sociólogo australiano Bob Connell concluye que en cualquier sociedad existen múltiples masculinidades y múltiples feminidades pero una versión de la masculinidad es dominante o también llamada hegemónica o sea la más honrada e influyente representación cultural de la masculinidad. Pues para ser un hombre es necesario ser: fuerte, no expresar sus emociones, tener el control, ser agresivo y heterosexual.

Así, la masculinidad hegemónica está basada en subordinar a las mujeres y establecer jerarquías entre los hombres. La razón principal de la existencia de la masculinidad hegemónica sería el beneficio que los hombres encuentran al subordinar a sus mujeres ya que al hacerlo están cumpliendo con el mandato social imperante.

Esta masculinidad hegemónica es por sobre todo: heterosexual, con gran temor y odio hacia las personas homosexuales en particular. La homofobia es muy importante a la hora del relacionamiento entre hombres, la homosexualidad es percibida como una traición de género. Esto no solo lleva implícito el contenido de la sexualidad, sino la raza, clase social, etnicidad, edad, etc. y es variable de acuerdo a los diferentes grupos de mujeres y hombres.

Es importante pensar que la sexualidad masculina está muy vinculada a la identidad de género masculina. Así el desempeño físico de los hombres en su sexualidad es lo que confirma la masculinidad de los hombres.
En las encuestas hechas por Hite (1981) revelan el coito pene-vagina como una verificación de la identidad masculina. Cualquier falla genera en el hombre un sentimiento de pérdida de su hombría y lo expresa con verdadera humillación y desesperación (en la consulta por supuesto...). Entre ellos, es común que no se digan la verdad y en todo caso la culpa la tuvo la mujer.

La sexualidad masculina está basada en el desempeño y la potencia: los hombres son expertos, saben todo sobre el sexo, conocen a la perfección a las mujeres, y son los encargados de hacer gozar a todas las mujeres. El desempeño sexual masculino tiene que ver con la confirmación de la masculinidad y la posición entre los hombres.

Repasando algunos mitos sexuales podría decirse que los hombres siempre deben desear tener relaciones sexuales y estar preparados para ello todo el tiempo. Un verdadero hombre jamás pierde una erección. El pene debe ser grande. Es interesante ver como a los hombres les preocupa el tamaño del pene, es común en gimnasios, que quienes tienen un pene relativamente de menor tamaño poco menos que se esconden para ducharse. Será aquello de "tanto tenés, tanto valés"? Los padres hacen alarde del pene de su hijo recién nacido -"un macho" y si es mujer dirán "una hembrita", aquí ya están los sellos y rótulos correspondientes. A algunos les produce terror no tener una buena erección, el pene transformado en un verdadero garrote a la hora de mantener una relación sexual. Hay miedo a que las mujeres los dejen si no cumplen con estas condiciones.

Es él quien sabe todo lo relacionado al coito y a los orgasmos femeninos. Para un hombre el sexo es penetración y orgasmo..." Debe ser agresivo pues a las mujeres les gusta así". Todo contacto físico deberá irremediablemente terminar en el sexo ya que lo consideran natural y espontáneo.

Es en la relación íntima donde encuentran el sustento emocional y el abrazo que necesitan para vivir, ya que por ser "machos" no les está permitido pedirlo en forma explícita. Allí es donde son tratados con afecto y amor (Kaufman). Es en ésa búsqueda constante donde aparecen las múltiples parejas.

Las relaciones íntimas son estructuradas en base a la homofobia y a la misoginia por lo que la masculinidad se define como no femenina. Todo estereotipo femenino es denigrado y todo acercamiento hacia otro hombre produce gran tensión donde se mezcla el miedo y el odio. Es frecuente que el hombre no escuche a su pareja ni a nadie, de ahí la importancia que en los grupos aprendan a escucharse y escuchar al otro.

Es común la forma de trivializar a su pareja a la que luego le va a pedir amor y afecto. Así se manifiesta la confusión y ambivalencia emocional llegando incluso a la desvalorización de los sentimientos de las mujeres, acusándolas de "locas" y teniendo la certeza de que ellos tienen la verdad, en cambio las mujeres son las que "nunca saben nada".

Ya se dijo en otra parte acerca de la violencia en las relaciones sexuales, lo que hace que las mujeres lo vivan como pesadillas y termina por aceptar una relación que les resulta insatisfactoria. Se puede pensar que esta violencia es muy importante a la hora de examinar el mantenimiento y la organización de la desigualdad de género.

Muchas mujeres reconocen esta forma agresiva del hombre y concientizan estas conductas machistas como aberrantes -feministas-, otras en cambio lo viven con gran erotismo y se sienten complacidas, aumentando sus senos con siliconas para agradar más y sentirse súper mujeres; pero lo que no se han planteado es que es casualmente en la relación sexual donde el hombre experimenta la mayor incertidumbre, dependencia y deferencia en un contraste muy marcado con lo que son sus experiencias de autoridad e independencia que viven en el ámbito público.

En Uruguay existe una tasa importante de embarazos no planificados, muchas veces es el hombre quién se niega al uso del condón siendo que una relación sexual debería de entenderse dentro de un ámbito de negociación de la pareja.

Entre las comunidades homosexuales organizadas ha sido el enfoque pro-sexo lo que ha resultado más exitoso, formas de representación que erotizan el sexo más seguro y que rescatan y reconstituyen el lenguaje sexual de la cultura homosexual. Tales enfoques también debería ser adoptados en el área de las relaciones heterosexuales pero en eso, la educación sobre el sexo más seguro también debe desafiar aquellos discursos que despojan de poder a las mujeres y reproducen relaciones de poder patriarcales y homofóbicas.

Ven a la mujer como "objeto pasivo" que acepta lo que el hombre les dice, la desvaloriza tanto que hasta llegan a decir que " no tienen cerebro". A muchos hombres les disgusta tener una conversación sexual con su pareja.

El micromachismo

Es común ver como estos hombres hablan mal de sus parejas ("la gorda", "la negra","la flaca", "se viste como una loca", "que andará buscando", etc.) en forma despectiva. Ellos necesitan de sus parejas y son muy dependientes de estas mujeres, tal es así que en los casos que se han separado ya a la semana están "saliendo" con otra "mina", y nuevamente la paradoja, la intimidad con una mujer los lleva a sentirse con mucho miedo que amenaza su virilidad- lo que los hace sentirse frustrados- y para colocarse de nuevo a su nivel vuelven a usar la violencia cualquiera sea la forma.

No en pocas ocasiones y a los efectos de obtener satisfacción a sus "deseos" sexuales llegan a utilizar la violencia física donde se producen incluso violaciones dentro del ámbito familiar.

Si vemos a estos hombres no vemos diferencias entre ellos, son iguales a todos los hombres que conocemos. Si queremos ver diferencias sólo las encontramos en su raza, en su nivel intelectual, etc. Pero tienen algo que los hace más iguales, algo en común, son golpeadores, donde muchas veces y en aproximadamente un 30 % son alcohólicos y en un 20% son adictos a drogas. Estos elementos liberadores de las trabas normales psíquicas los transforma en peligrosos ya que bajo sus efectos es que pueden cometer actos reñidos con la vida de su "víctima". Aquellos que tienen alguna adicción deberán tratarse también en otros lugares paralelamente.

Estos hombres agresores, violentos, golpeadores -todos les ponen nombres diferentes- son seres humanos que sufren por ser como son y deben ser tratados. En definitiva no tienen toda la culpa de ser o de hacer lo que hacen. Si es que hay culpa la tiene esta sociedad patriarcal, favorecedora de valores machistas, del doble discurso, han sido educados así, "por que en la vida hay que ser hombres...". Cuando han matado a su mujer su vida carece de sentido y le ponen fin a la suya propia.

En otras culturas los hombres pueden tener más de una mujer, en ésta se practica la monogamia (al menos en los papeles) donde por un lado se le alienta al hombre a que tenga muchas mujeres porque "eso es ser un hombre" y por otro se mantienen el discurso monogámico. Paradoja que genera confusión.

Los hombres expresan: las mujeres "te chupan", "las minas te destrozan", "si te agarra ese camión te mata". La mujer es un peligro que hace tambalear la frágil autoestima pues es capaz de hacer peligrar la "fuerza del hombre". Por ej. el mito de que no les permiten a los jugadores tener relaciones sexuales previas a un partido de football.

Es interesante cuando las mujeres hablan de los celos de su pareja, llegan a vivenciarlo como un cuidado especial y protector hacia ellas. Los celos son una forma de control, algunos hasta les regalan celulares, todo para sentirse poseedores de ellas; cuando sabemos que los celos tienen un mensaje muy separatista, en realidad lo que el hombre busca es el aislamiento de la pareja (amistades, familia, etc.) .En este aislamiento es que ellos pueden ejercer el poder.

En definitiva, para el hombre, el sexo se transforma en un mero mecanismo para disminuir las tensiones. Y el placer se transforma en el "polvo", acto eyaculatorio por excelencia, donde no hay una caricia previa, donde no hay un "te quiero"; el principal objetivo perseguido es sentirse dominante y ganador. La sexualidad es vivida como algo a desempeñar y no como un encuentro gozoso y compartido entre seres humanos.

CONSTRUYENDO LA IDENTIDAD MASCULINA

Según Badinter, la masculinidad se produce por oposición en un proceso de diferenciación de lo femenino.
La mayoría de los autores analiza el vínculo madre-hijo, donde la figura del padre quedaría relegada a un período posterior de la evolución de la identidad masculina.

El varón deberá demostrar que no se parece a una mujer ni a un homosexual muchas veces reprimiendo las identificaciones masculinas iniciales.

Es necesario hacer algunas precisiones: la identidad es el reconocimiento de modalidades de si mismo y de las que lo diferencia de los demás.

El sexo son las características biológicas del macho y de la hembra, son naturales e inmodificables.

El género remite a los rasgos, las funciones psicológicas y socioculturales que se le atribuye a cada sexo. Y son por lo tanto modificables.

Identidad sexual. Es la identificación de sí mismo como perteneciente al sexo masculino o al sexo femenino (morfología, fisiología, anatomía).

Identidad de género. Implica la identificación con los valores y atributos culturales adjudicados en un contexto histórico-geográfico determinado.

Orientación sexual. Es la orientación del deseo sexual.

La identidad de género no determina la orientación sexual.

La homofobia es el rasgo central de la identidad de género masculino, desempeña un papel muy importante en la relación padre-hijo entendida como el temor a la homosexualidad pero también a parecer homosexual. O a tener contactos afectivos y corporales con otro hombre modela el tipo de vínculo afectivo entre el padre y su hijo varón.

Según Badinter la homofobia puede considerarse un mecanismo de defensa psíquico que sirve para reforzar en muchos hombres su frágil heterosexualidad.

La construcción de la masculinidad es un complejo entramado de factores macro, exo y micro sistémicos.
Desde el macrosistema en una cultura que consagra la primacía masculina la búsqueda de un lugar de dominio, se transforma esencialmente en el sentimiento de la identidad masculina.

Los mandatos culturales se hacen sentir en forma temprana con el mensaje de que no es suficiente sólo el haber nacido con un pene para ser un verdadero "hombre". Tales mandatos comportan prescripciones y prohibiciones (La más importante: no parecerse a una mujer).

Dentro de las prescripciones culturales acerca de los roles paterno y materno va a adjudicar una "división de tareas" estereotipadas e injusta a las cuales hay que adaptarse.

Desde el exosistema. La sociedad industrial contemporánea implica la exigencia creciente en lo que respecta al mundo del trabajo al tiempo que una mayor oferta de actividades alternativas al contacto entre humanos. El padre está cada vez menos con sus hijos y el cuidado de ellos siempre está en manos de figuras femeninas: madre, abuela, maestra, niñera, etc. Al tiempo que aumentan las instituciones de tiempo completo mientras que los medios de comunicación generan permanentemente héroes poderosos, mecánicos y sin afectos.

Desde el microsistema. Este está modelado por su interacción con el macro y el exosistema. Respecto a la construcción de la identidad masculina un elemento a tener en cuenta es la ausencia del afecto paterno que no les fue enseñado a ser demostrado y menos a los hijos varones. El único modelo para diferenciarse de lo femenino materno es el del padre lejano, ausente, faltante, distante.

Distancia corporal, inexpresividad, aparente ausencia de sentimientos tiernos, todos son atributos que tienden a incrementar su sensación de pertenencia al género masculino.

El mayor peligro de asociar la conducta de un hombre golpeador a categorías psicopatológicas, alcoholismo, drogas o a algún defecto de la personalidad consiste en que cualquier encuadre de éste tipo le quita responsabilidad sobre su conducta.

Desde el punto de vista jurídico la existencia de patología psiquiátrica se considera como atenuante en relación con la imputabilidad de quien ha ejercido un acto delictivo.

Esto lo vemos en los hombres que consultan que niegan su responsabilidad frente a la conducta violenta.

El reduccionismo biológico como el psicopatológico no hace sino evitar lo específico del tema.

La sociología va a expresar que la violencia conyugal es una de las formas que adopta el hombre sobre la mujer en el ámbito de una sociedad patriarcal.

La psicología lo explica a través de la teoría del aprendizaje social.

Estos hombres permanentemente se sienten amenazados en su autoestima y cualquier situación conflictiva ya sea en el hogar o en la pareja, los lleva a temer a perder el control.

Estas situaciones les provocan un estado de gran tensión y recurren al uso de la fuerza como forma de retomarlo rápidamente.

Dentro de una concepción sexista el hombre considera inferior a la mujer por lo tanto intenta dominarla. Tiene incapacidad de comunicar sus sentimientos.

En todas las relaciones humanas se generan conflictos que estos hombres sienten como algo negativo cuando ocurre en sus parejas. Y tratan de erradicarlos mediante el uso de la violencia, ya que ésta les proporciona por lo menos una vivencia temporaria de poder.

Una característica importante es el aislamiento emocional de estos hombres. Muchas veces manifiestan que no tienen amigos porque no confían en nadie. Tienen una imagen de si desvalorizada, en el ámbito privado es dónde realmente se puede manifestar como es pero lo hace en forma violenta y culpan a la otra persona de éstas reacciones. Lo que les pasa a ellos no lo perciben como propio, no reconocen que necesitan ayuda y por lo tanto tampoco la piden.

La mayoría de los hombres que reciben ayuda llegan cuando el ciclo de la violencia está en su etapa de crisis máxima. En ésta etapa, en general, la pareja ha abandonado el hogar conyugal. Muchos de ellos llegan por el planteamiento del juez que les da a elegir entre la prisión o la participación en programas de rehabilitación.

Según Robert Parrado la deserción de los hombres en los programas que existen en Uruguay que trabajan con hombres violentos es del 60 % aproximadamente.

Cuando el ciclo de la violencia entra en la etapa de la "luna de miel" caracterizada por el arrepentimiento y las promesas de que nunca más volverá a ocurrir, los hombres que no asisten por voluntad propia tienden a abandonar el programa. Es habitual escucharlos comentar entre ellos el tiempo que les queda de asistencia para cumplir las órdenes del juez, quedando claro que cumplido el plazo no les interesa seguir asistiendo al mismo.

Según la Dra. Anne Ganley (1981) del Center for Women Policy Studies de Washington, hace una distinción entre abuso psicológico y abuso emocional. Las conductas son las mismas pero en el abuso psicológico está presente la violencia física, la cual ha ocurrido por lo menos una vez. Hace que frente a las amenazas, gritos, intimidación sea vivenciado con el temor de que vuelva a ocurrir. Esto le da una base al abuso psicológico que lo hace más importante.

El abuso emocional sería cuando nunca ocurrió un abuso físico y está caracterizado por: la desvalorización de su pareja, la hostilidad y la indiferencia.

Crisis de la masculinidad

Desde un enfoque biologicista, las relaciones de género se unen al cuerpo pero prevalece a la anatomía corporal, lo que lleva irremediablemente al individuo como poseedor de atributos y/o carente de ellos. Así, ancestralmente quién más atributos tenía era quién ejercía el poder.

Esto ha quedado en el hombre -varón- poseedor de su pene-falo como alguien que puede y "debe" ejercer el poder.

La mujer ha ido abarcando terreno en diferentes áreas como por ejemplo el trabajo, así la actividad femenina ha pasado el 27 % con respecto a un 18 % (entre 1960 y 1990) en tanto que los hombres en actividad, en igual período, han disminuido desde un 77% a un 70%.

En el sistema escolar se continúa reproduciendo desiguales roles de género, las mujeres con menor nivel educativo llegan a tener en promedio seis hijos, mientras que las que han accedido a secundaria tienen en promedio menos del cincuenta por ciento de aquellas.

En la actualidad son muchos los hogares que tienen como jefa de hogar una mujer.

Todo esto lleva a una crisis de la condición masculina. Ya desde finales del siglo pasado, hemos asistido a una sexualidad desligada del rol reproductivo (Giddens 1995). Se ha dejado la sexualidad falocéntrica a la vez que comenzó una democratización del rol de género.

La naturalización marcada entre lo masculino y lo femenino -dominador-dominado- se ha resquebrajado., el varón aprende desde temprano a minimizar las diferencias con sus pares a la vez que aumenta las diferencias y cosifica a las mujeres.

Socialmente la construcción de la masculinidad está asentada en el simple hecho de haber nacido varón, éste se siente importante, pero tendrá que demostrarlo. Lo primero es un hecho importante y en cierto sentido tranquilizador (para el varón), lo segundo le hará sentirse inquieto y perplejo. La sociedad en que está inmerso se lo exigirá, así irá trasladando su poder y su fuerza hacia otros ámbitos (ej. ámbito laboral) y en su demostración tendrá que ser responsable, trabajador y exitoso.

El hogar se transforma para éste varón en un ámbito peligroso puesto que es un espacio femenino por excelencia pero está bajo el mando del "hombre".

Actualmente la desocupación reinante lleva a que todos los atributos antes mencionados provoque en él una desestabilización emocional muy importante y unido a esto, el temor al fracaso y a la pasividad femenina -la castración, la desvalorización consecuente de la figura de su madre de la cual con gran dolor se tuvo que desprender, le producen pánico. (Kimell 1997).

Esta sociedad machista estereotipada que le impide al varón someterse a sus sentimientos, lo transforman en el silbador de la calle, el que invita a todas la mujeres a tener una relación carnal, el que acosa en el trabajo, el que ataca con insultos, golpes y hasta con violaciones hacia su pareja en el ámbito del hogar, que puede llegar hasta formas extremas: el asesinato por parte de éste dueño de su mujer.

La fragilidad y la inseguridad están siempre acompañando a este ser humano pero se han mantenido camufladas e incuestionadas, de ahí la naturalización del dominio del varón en la esfera pública; el sexo como algo natural, la división del trabajo por sexos, la diferenciación entre mujeres buenas y mujeres malas (prostitutas).

Hoy existe un varón en peligro -cuando se habla de la socialización de género- por un lado el papel de opresor-oprimido y por el otro siendo víctima de su propia opresión.

Es difícil pero no imposible cambiar esto.

Podemos pensar en una nueva identidad masculina desde lo que llamamos equidad de género que llevaría a una conmoción social y a una nueva fundación de la civilización humana.

Este varón está en crisis: tuvo que alejarse de su madre, establecer un amor filial con su padre, formar su identidad sin parecerse en lo más mínimo a una mujer, intentar vincularse a una mujer que en los últimos años ha revisado su rol (que lo confunde aún más) pero...es acechado por la homofobia.

Muchos hombres violentos han sido niños con padres ausentes lo que determina una reacción a la falta de amor homoerótico. En los heterosexuales puede ser esto un impedimento para amar a las mujeres no solo por la falta de un "modelo" sino porque la energía erótica está ligada a un deseo frustrado de reconocimiento por el padre.

En más del cincuenta por ciento de los hogares uruguayos se practica algún tipo de violencia (física, emocional, sexual, económica, etc.). En un 98% los hombres son violentos y ejercen esa violencia en sus hogares, el 2% restante está dado por la violencia femenina.

En el 75% de los casos, la violencia se ejerce del varón hacia la mujer, en un 23% la violencia es cruzada o sea entre ambos y un 2% la violencia es de parte de la mujer.

PROPUESTA PARA EL TRABAJO CON HOMBRES VIOLENTOS

Es muy importante el manejo de los grupos de mutua ayuda con finalidad psicoeducativa, llevando (en un plazo variable) a una reparación conciente. Así, es generadora de movilizaciones donde cada una de las historias va a ser analizada por los integrantes desde sus diferentes enfoques. Donde cada uno tomará lo que necesite.

Es fundamental el rol del coordinador para la movilización del grupo y llevarlo al cumplimiento de los objetivos sin que decaiga y no lleve a la deserción.

Paralelamente a los grupos de mutua ayuda los participantes tendrán instancias de educación mediante talleres y/o charlas participativas -sobre género, violencia, sexualidad, etc. Esto les hará comprender mejor la violencia y sus consecuencias, su prevención, donde aprendan los prodromos del acto violento y que hacer para tomar distancia. Es muy importante y necesario educar para prevenir.

Estos varones son rígidos psicofísicos (lo vemos en su relacionamiento con los demás y con su propio cuerpo). Sería dable instrumentar métodos de relajación e integración ya que carecen -ocultan la empatía y esto les hace sentirse solos y sin apoyo. El trabajo corporal les lleva a conocerse mejor, a entenderse, a sentirse, a vincularse, etc. Todo esto crea una mejor disposición para el cambio.

No hay que olvidar que no hay redes sociales de apoyo para estos hombres ni hay programas educativos y/o preventivos en instituciones educativas formales-

En Uruguay existen: "Renacer " organización no gubernamental que dirige el Psicólogo Humanista Sub-comisario Robert Parrado, Programa de tratamiento para hombres con problemas de conducta violenta perteneciente al Ministerio del Interior coordinado por el Psic. Daniel Pellejero, grupo coordinado por el Lic. en Trabajo Social Juan J. Vique M. y C.IN.A.F (Centro Interdisciplinario de apoyo a la Familia) grupo al que pertenecen los autores de éste trabajo.

Es muy difícil para los operadores llevar adelante esta tarea pues la deserción es grande y cada persona tiene su tiempo, su momento, etc. La asistencia obligatoria no favorece la recuperación.

Es necesario que se establezcan vínculos dentro del grupo para favorecer el apoyo mutuo, aún después que hayan dejado la institución.

El trabajo con estos hombres debe considerar los factores protectores y desde la resiliencia, buscando en todo momento la aplicación de la asertividad.

El personal a cargo de estos grupos deberá romper la rigidez, por lo que quienes coordinen deberán tener conocimientos sólidos De forma individual y grupal, revisarán constantemente sus propios conflictos frente al tema, sus valores, su cuerpo, que hacer para su propia salvaguarda, su integridad psicológica, su vida y el relacionamiento con los demás. Se trata de una actividad sumamente desgastante para lo que hay que tomar precauciones.

Las sesiones deberán tener un tiempo de comienzo y de finalización estricto, es una forma de poner límites. El comienzo y la finalización a destiempo generan mucha ansiedad en el grupo.

Se buscará la intervención de todos los integrantes a los efectos de mantener la dinámica y la revisión de los diferentes temas planteados.

El lugar deberá ser adecuado, que invite a la relajación, a la generación de confianza, a la intimidad y el resguardo pero con las características de un lugar de trabajo.

CONCLUSIÃ?N

Dentro de los estudios de género la construcción cultural de la masculinidad va ganando terreno dentro de los estudiosos del tema. Según Kimmel la liberación masculina llegará pero no antes de hacer visible la ideología de la masculinidad.

Gracias a la aparición del feminismo hemos encontrado que el género es de vital importancia para el establecimiento de la identidad. La mayoría de los hombres no saben que el género es importante para ellos, el género no tiene nada que ver con el sexo sino con la construcción de la masculinidad y su significado varía dentro de las diferentes culturas y aún dentro de una misma cultura. La invisibilidad de la masculinidad es solo consecuencia del poder.

Dentro de la sociedad se pueden apreciar las diferentes jerarquías: hombres sobre mujeres, hombres blancos sobre hombres negros, hombres sobre niños, hombres sobre viejos y homosexuales, etc.

No es fácil ser hombre en estas sociedades ya que se requiere cierto "target". Un hombre que no reúna las condiciones que la sociedad le ha impuesto no será un hombre y se sentirá devaluado, inferior, esto conlleva a una sensación psicológica que es el machismo.

Un masculino deberá ser tan duro como un roble, no deberá jamás demostrar sus sentimientos, no deberá tener nada que lo asemeje a una mujer y es importante que tenga cierta audacia y atrevimiento.

A simple vista pareciera que tienen todo el poder pero lo que hacen es ocultar su debilidad, ellos se sienten poderosos pero no lo son. Cuando tienen miedo se ponen violentos.

Hay que tener en cuenta que muchos hombres en lo individual están haciendo todo el esfuerzo para ser buenos padres, buenos compañeros pero la manera como se les enseñó a ser hombres les dificulta el camino. De ahí que estén con dudas frente al cambio y al perder su noción de la masculinidad lo pierden todo. Se debe confrontar a la masculinidad en general para permitirles vivir animados por la compasión hacia sus semejantes, que en definitiva no significa más que "amor hacia los demás".

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