La increíble revolución que implica la impresión 3D, ha tomado en este caso un giro judicial. Un hombre en Japón fabricó un arma de fuego a base de polímeros y fue condenado a dos años de prisión por esta ocurrencia.
Ya no asombra la gran cantidad de objetos que se pueden construir con esta nueva tecnología. Se han visto diseñar objetos como maquetas, figuras, zapatos, carteras e incluso prendas.
En este caso, la posibilidad de construir un arma con estas nuevas tecnologías, implica un riesgo impensable para la seguridad internacional.
La condena en Japón
El protagonista de este caso es Yoshitomo Imura de 28 años. Es un ex empleado del Instituto de Tecnología de Shonan. Su capacidad y tiempo disponible le permitieron imprimir dos armas, basándose en información disponible en el Internet.
Para colmo, publicó la hazaña en un video en YouTube mostrando cómo se hace. Es decir, terminó despertando esta idea, que puede ser recibida por individuos con intensiones nada ortodoxas. La ley japonesa es altamente estricta en el control de armas. A diferencia de los Estados Unidos, a menos que se trate de alguien perteneciente a un cuerpo profesional de la policía o el ejército, nadie accede a un arma con tanta facilidad.
link: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=WeWmgIqFWw8
La defensa de Imura argumentó que el defendido no sabía que esta quebrantando la ley. Pero para toda legislación los ciudadanos la conocen implícitamente. Por eso se emitió implacablemente la condena de dos años de prisión.
El gran problema de seguridad
Esta alerta presenta un nuevo problema planteado para la seguridad de cualquier sitio internacional. Con esta idea generalizada, no hay ninguna seguridad de detectar un arma en los scanner de un aeropuerto.
La tecnología 3D es relativamente barata, y da la posibilidad de crear muchos tipos de objetos. Es un planteo que incluso debe generar una modificación ante las leyes. Estas deben considerar que un arma de fuego puede no ser de metal.
En Estados Unidos ya se está discutiendo esta cuestión. Esta idea ya la había tenido un grupo de milicia civil, que distribuyó planos sobre cómo crear armas de fuego en impresión 3D. Esto generó que se creara una prohibición contra la posesión de armas de fuego que no sean de metal.
De nada sirve culpar de esto a la existencia de las impresoras 3D, es una discusión inútil. Es un aparato que permite materializar toda clase de objetos. Es una pena que alguien le haya encontrado un uso malsano.
¿Has visto trabajar a una impresora 3D? ¿Qué imprimirías si tuvieras una? ¿Qué piensas sobre la impresión de armas con esta tecnología? comenta y deja por ahi unos puntillos.
Redactado por: Anónimo
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