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domingo, 22 de marzo de 2015

Acoso sexual en Universidades Argentinas


Docentes admiten que hay acoso sexual

Es el resultado de una investigación de la UNC sin precedentes que encuestó a 711 profesores de la institución. El estudio se presenta el viernes e incluye una gran variedad de temas y propuestas sobre las diferentes desigualdades de género.

Una estudiante de Abogacía en la UNC, salió de la facultad y le preguntó a un profesor que acababa de dar una clase, sobre la bibliografía de la materia. Caminaron unos metros, y en Obispo Trejo y Duarte Quirós, el profesor invitó a M. un café en el bar de la esquina.

M. se desconcertó, pero accedió porque la tomó por sorpresa, no quería ser descortés y, después de todo, necesitaba saber más del material de estudio. El hábil maestro de Derecho llevó la conversación a un plano personal: â??Contame de tu vidaâ??, â??¿estás casada?â??, â??¿por qué no?â??, â??¿vivís sola?â??, â??¿dónde?â??, â??¿por qué vivís sola?â??, â??¿Qué hacés los fines de semana?â??.

M. se sintió incómoda, apuró el café y dijo que se tenía que ir. El profesor se ofreció a llevarla. M. se negó varias veces y le dijo que estaba en auto. El profesor insistió en acercarla hasta el vehículo de ella. M. accedió: sintió que no tenía otra opción porque debía rendir el examen final de la materia en unos días y no podía enemistarse con la persona que la iba a evaluar.

Adentro del vehículo, el profesor hizo gala de su auto nuevo y lujoso y, al estacionar, apagó el motor, miró a M. a los ojos con media sonrisa, y con voz suave y poco académica le dio su número de celular. â??No se lo doy a nadie, sólo a vos, para que me llames por cualquier cosa que necesitesâ??, dijo.

Luego, M. habló con otras alumnas, más jóvenes y vulnerables (chicas del interior que vivían lejos de sus familias y sus redes de contención) que habían pasado por experiencias similares con el mismo profesor: se sentían intimidadas y les costaba seguir yendo a clases. Pero no podían hacer nada, el profesor no había sido lo suficientemente explícito como para que alguien tomara una queja formal, aunque sabían que se trataba de una propuesta sexual implícita de un jerárquico con poder sobre ellas.

En números. El caso no es una situación aislada. Una investigación sin precedentes de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) descubrió que el 15 por ciento de los 711 docentes encuestados conoce algún caso de acoso sexual dentro de la institución. Y el 73 por ciento de ellos dice que esos casos se dieron entre un profesor y un alumno.

La investigación, que se presenta pasado mañana, es un estudio cuantitativo y cualitativo, centrado en el trabajo docente, de las desigualdades de género en el seno de la universidad.

En el capítulo â??¿Discriminación y violencias de género en la universidad?â??, las autoras aseguran que un cuarto de los docentes encuestados reconocen que son frecuentes en el ámbito universitario los chistes, burlas y sarcasmos que aluden a ser varón, mujer, a la orientación sexual o identidad de género. Dos de cada 10 manifestaron que conocen casos de discriminación de género en la UNC y más de la mitad señala conocer de acoso laboral.

Acoso sexual en Universidades Argentinas

El acoso laboral fue definido en la encuesta como â??insultos y agresiones, humillaciones, descalificaciones, comentarios inaceptables y aislamientosâ??.

Pero el estudio es mucho más extenso y también indaga, en sus más de 300 páginas, sobre el lugar de las mujeres en la participación y gestión institucional, en la compleja interacción trabajo-familia: la presencia condicionada de las mujeres, las normas invisibles: barreras y apoyos, entre otros temas.

En el prólogo, la rectora, Carolina Scotto, dice que la investigación supuso una â??decisión valienteâ??. â??La de ser capaces de mirarnos a nosotros mismos de manera desprejuiciada, dispuestos a reconocer una variedad de situaciones encubiertas de inequidad, arbitrariedad o exclusiónâ??, manifiesta.

Propuestas. Entre las múltiples propuestas, las autoras plantean la necesidad de implementar procesos administrativos y legales adecuados al tratamiento de las violencias y el acoso sexual y laboral. También plantean la necesidad de crear una Defensoría Universitaria que atienda desde la perspectiva legal, psicológica y social.

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